Los obispos católicos de Estados Unidos han manifestado su oposición a que el futuro seguro sanitario, de cobertura universal, incluya el aborto entre las prestaciones obligatorias. En una carta enviada a treinta destacados parlamentarios, advierten que movilizarán a los católicos en contra de esos planes.
El proyecto de reforma sanitaria de Clinton ha pasado ya por las comisiones parlamentarias competentes, que han elaborado sus respectivos borradores para que se debatan en la Cámara de Representantes y en el Senado. Fundamentalmente, la propuesta consiste en dar a toda la población cobertura sanitaria por medio de un seguro obligatorio, con unas prestaciones mínimas, pagado en su mayor parte por las empresas. Los obispos se opusieron ya antes a la pretensión de que el aborto fuera uno de los servicios que hubiera que ofrecer. Ahora han reaccionado con más energía aún, al comprobar que todos los borradores preparados por las comisiones parlamentarias, aunque se apartan más o menos del proyecto original en diversos puntos, incluyen el aborto entre las prestaciones obligatorias.
En su carta, los obispos hacen notar que esa disposición supondría una grave violación de la conciencia de los católicos y otras personas. En la actualidad, muchos seguros médicos comprenden el aborto en su cobertura; pero es posible contratar seguros que lo excluyen. Implantarlo como oferta obligatoria del nuevo sistema sanitario, señalan los obispos, «forzaría a millones de empresarios, organismos eclesiásticos y particulares a contribuir a financiar el aborto, en contra de su conciencia, y pondría en peligro la continuidad de las instituciones sanitarias católicas y de otras confesiones».
A la vez, la Conferencia Episcopal expresa su apoyo al principio de la cobertura universal. Pero advierte que el intento de incluir en ella el aborto se enfrentará a una oposición organizada por parte de los católicos.