EE.UU.: científicos alertan del peligro de publicar con prisas

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Entre investigadores científicos, ser el primero en publicar el resultado de una investigación implica muchas veces embolsarse las mejores subvenciones. Por publicar a toda costa se están provocando faltas de rigor, por parte de los propios científicos y de los medios de comunicación, que llevan a engaños al público. Recientemente un comité de expertos estadounidenses lo ha denunciado, a propósito del cariz de las informaciones que se dan sobre la terapia génica. Y en julio se manifestó en el mismo sentido un comité nacional de ética francés.

Los catorce expertos que componen el comité estadounidense se quejan concretamente al director de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de que «ha sido vendida con exageración» la terapia génica como tratamiento de enfermedades, a pesar de que hasta ahora se han logrado muy pocos éxitos. De las exageraciones se acusa a los centros de investigación y a los medios de comunicación.

«Mientras las expectativas y las promesas de la terapia génica son enormes, su eficacia clínica no ha sido aún demostrada en ningún protocolo», dice el informe.

Nadie duda de que, con el tiempo, la manipulación de genes será de mucha utilidad en la terapia o prevención de enfermedades. Pero los expertos sugieren a los investigadores que pongan más esfuerzo en el trabajo de laboratorio y menos en los ensayos de las terapias con pacientes, sin abandonar completamente esos ensayos.

En Estados Unidos, el primer experimento de terapia génica se realizó hace cinco años. Hasta ahora se han realizado 106 ensayos, con 597 pacientes, aprobados por el NIH.

Una llamada similar a la prudencia realizó el pasado 5 de julio, en Francia, el Comité consultivo nacional de ética para las ciencias biomédicas, presidido por Jean-Pierre Changeux. El comité considera una irresponsabilidad publicar resultados de una investigación científica en los medios de comunicación sin pasar antes la criba de los colegas. Denuncia también la connivencia entre equipos de científicos y medios de comunicación en algunas campañas publicitarias que, dejando a un lado el interés científico, pretenden influir en los repartos de las ayudas económicas.

En su declaración, el comité destaca que hay muchas publicaciones y medios -incluida la televisión- en que se cuida el contenido de las noticias científicas y, sin embargo, se desinforma a través de los titulares y subtítulos. Contradicción que se produce a menudo sin conocimiento de los redactores o contra su opinión. También se queja de la escasez de periodistas especializados en información científica en Francia (unos doscientos de un total de ocho mil).

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