Desempleados, pero no parados

Fuente: International Herald Tribune
publicado
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La crisis económica ha traído de momento algún beneficio a las entidades asistenciales en Estados Unidos. Justo cuando crece el número de personas a las que atender, las donaciones privadas y las subvenciones públicas han empezado a disminuir. A cambio, las ONG se han encontrado con un inesperado aluvión de nuevos voluntarios, según cuenta Julie Bosman en International Herald Tribune.

Miles de profesionales de las finanzas y de otros servicios que se han quedado sin puesto de trabajo se ofrecen a distribuir comidas en asilos para personas sin techo, ayudar en la gestión, atender el teléfono o cualquier cosa que les encarguen. En parte, es una respuesta a la llamada del presidente Obama, que ha animado a los norteamericanos a dedicarse a servicios voluntarios en favor de la comunidad. También es una manera de sentirse útiles y permanecer activos para unos profesionales acostumbrados a largas jornadas de trabajo y que ahora no saben qué hacer… al menos mientras les duren los ahorros y no encuentren puestos de nivel similar a los perdidos.

Algunos esperan pasar algún día de voluntarios a contratados en las ONG. “Ahora -dice una antigua empleada de Lehman Brothers, despedida en septiembre pasado- me levanto cuando ya es de día, y mi jornada comienza a las 10, en vez de a las 7. A veces pienso: Si esto fuera mi empleo, sería estupendo”.

El alud de personal cualificado dispuesto a echar una mano parece el cumplimiento de los sueños de las ONG. Pero, en la práctica, les está suponiendo un problema, sencillamente porque no pueden absorber tantos voluntarios. Como ahora tienen menos fondos, muchas han tenido que recortar proyectos. Bertina Ceccarelli, de United Way, conoce bien estas dificultades, pues su organización colabora con la oficina municipal de voluntariado de Nueva York. Su misión es distribuir a los voluntarios según sus aptitudes y preferencias, y las necesidades de las ONG. “Es triste, pero la verdad -explica- es que a veces cuesta tanto encontrar algo que hacer para un voluntario, que resulta más fácil rehusar su ofrecimiento”.

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