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Cómo cambia el paisaje religioso en el mundo

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Si el crecimiento demográfico es lo que más impulsa una determinada religión, no cabe duda de que los musulmanes son el grupo religioso que va a crecer más en el próximo futuro. A partir de 2035 el número de niños nacidos de musulmanes superará a los nacidos de cristianos, según el análisis recién publicado por el Pew Research Center, que interrelaciona los datos demográficos y religiosos.

Actualmente los cristianos de todas las confesiones constituyen el 31% de la población mundial; los musulmanes, el 24%; los hindúes, el 15%; los sin religión (o no adscritos a una determinada), el 16%; otros, el 13,6%. Pero los distintos niveles de fecundidad, que hacen que la población del hemisferio Sur siga creciendo rápidamente, están provocando también cambios en el peso relativo de las religiones en el mundo.

Los musulmanes, los que más crecen

Dada la relativa juventud de las poblaciones musulmanas y su mayor tasa de fecundidad, el estudio del Pew calcula que entre 2030 y 2035 nacerán ya más niños musulmanes (225 millones) que cristianos (224 millones), y que la brecha se irá ampliando.

Entre los cristianos, a pesar de la relativa juventud y alta fecundidad de la población subsahariana, los cambios demográficos en el conjunto del mundo no les favorecen. En el periodo 2010-2015, las muertes de cristianos suponían el 37% del total de muertes en el mundo, mientras que los nacimientos equivalían al 33% del total. En los países cristianos europeos, hay ya más ataúdes que cunas. En Alemania, por ejemplo, en el quinquenio 2010-2015 las muertes entre los cristianos fueron 1,4 millones más que los nacimientos.

África va a ser el continente más decisivo en el futuro de la Iglesia católica

Los musulmanes, que son el 24% de la población mundial, proporcionan el 31% de los nacimientos.

En contraste con el baby boom entre los musulmanes, los “sin religión” tienen un futuro poco halagüeño por su baja fecundidad. Son el 16% de la población mundial, pero solo aportan el 10% de los nacimientos, pues están concentrados en zonas envejecidas y de baja fecundidad (China, Japón, Europa y, en menor proporción, Norteamérica).

En cambio, las religiones con muchos creyentes en países en desarrollo –con altas tasas de natalidad y mortalidad infantil en baja– son las que más se expandirán. De ahí que gran parte del crecimiento mundial del cristianismo y del islam se deberá al aumento de la población de los países del África subsahariana.

La distinta fecundidad, según las religiones

La demografía desmiente así la tesis de que vamos hacia un mundo secularizado en el que la religión contará cada vez menos. Y es que, junto al poder de las ideas, está el dinamismo de la población que, poco a poco, altera los equilibrios mundiales.

Los musulmanes y los hindúes son los que tienen poblaciones más jóvenes. La fecundidad se demuestra decisiva. Los musulmanes tienen la tasa más alta, con una media de 2,9 hijos por mujer, muy por encima del 2,1 necesario para mantener la población. Le siguen los cristianos con 2,6; los hindúes y judíos con 2,3; los sin religión están en el 1,6, demasiado bajo para asegurar la sustitución de generaciones.

Es cierto que, en un asunto tan personal como las convicciones religiosas, el hecho de nacer en una familia de determinada religión no quiere decir que uno no pueda cambiar. Por eso, las proyecciones del Pew Research Center intentan incorporar las pautas de conversión religiosa en 70 países, donde hay encuestas que proporcionan información sobre la gente que dice no pertenecer ya a la afiliación religiosa en la que fue criada. Con cautela, el Pew advierte que “las pautas de conversiones son complejas y variadas”, y por lo tanto menos seguras.

El porcentaje de los “sin religión” decrecerá en el conjunto de la población mundial

Según estas proyecciones, entre 2015 y 2020, los “sin religión” son los que más se beneficiarán de estos cambios, con una ganancia neta de 7,6 millones (con 12,2 millones a favor y 4,6 en contra). Los que más perderán en ese periodo por intercambios religiosos son los cristianos, con una merma neta de 8,1 millones, que en su mayor parte engrosarán las filas de los “sin religión”.

De todos modos, los efectos de los intercambios religiosos son compensados por las diferencias en fecundidad y mortalidad. En consecuencia, los sin religión decrecerán como porcentaje de la población mundial, a pesar del incremento absoluto que experimentarán como consecuencia del abandono de la fe en Europa, Norteamérica y otras partes del mundo. En cambio, el número de cristianos crecerá, aunque no tanto como el de musulmanes.

Los cambios en el catolicismo

Mientras que el análisis del Pew se refiere al cristianismo en conjunto, los cambios en el mundo católico pueden apreciarse en el nuevo Anuario Estadístico de la Iglesia, que acaba de ser publicado. También en él se observa que África va a ser el continente más decisivo en el futuro de la Iglesia católica.

Los católicos en el mundo eran 1.285 millones en 2015, lo que representa el 17% de la población mundial. Han crecido un 7,4% desde 2010.

Pero hay diferencias notables según continentes. Hay un crecimiento importante de los católicos en África (+19% respecto a 2010). En América (+6,7%) y en Asia (+9,1%) está en sintonía con el aumento demográfico. En Europa el catolicismo no crece, sino que ha empezado a disminuir, y en Oceanía está estable.

En términos relativos, los católicos africanos (222 millones) son ya el 17,3% del total; en América están el 49%; en Europa han bajado al 22,2%; los asiáticos siguen siendo el 11%.

Entre los diez países con más católicos en el mundo, se encuentra en primer lugar Brasil (172 millones), mientras que España sería el octavo, con 43,3 millones. Pero en estos recuentos una cosa es la estadística de bautizados y otra la convicción personal. En las últimas encuetas del Centro de Investigaciones Sociológicas, se declaran católicos en España el 70% de los interrogados, lo que equivale a 32,5 millones, unos 10 millones menos que los del Anuario de la Iglesia.

Alza en África y Asia, baja en Europa

Un dato mundial significativo es que el número de sacerdotes en 2015 está estabilizado en torno a 415.600, aunque con tendencias diferentes según los continentes. La bajada es notable en Europa (–2.502), mientras que en los demás continentes las diferencias son positivas, especialmente en África (+1.133) y Asia (+1.104). Respecto a 2010, en África y Asia se observa una tendencia al alza sostenida, América se mantiene casi estable, y en Europa y Oceanía hay una tasa claramente negativa.

Los sacerdotes diocesanos aumentaron en conjunto un 1,6%, mientras que el clero religioso bajó un 0,8%. Las religiosas profesas eran 670.320 en 2015, un 7,1% menos que en 2010.

En 2035 nacerán ya más niños musulmanes que cristianos

Las distintas dinámicas se aprecian también en el número de seminaristas. El total mundial estaba en torno a 117.000, mientras que cinco años antes eran 120.600. El número sigue creciendo en África (28.500), donde los seminaristas son 38 por cada 100.000 bautizados; más alto es aún en Asia, con una tasa de casi 43.

La caída del número de seminaristas es particularmente notable en América del Sur. Mientras que en EE.UU., Canadá y México el dato de las vocaciones sacerdotales es bastante estable, en los grandes países católicos del Sur (Brasil, Colombia, Argentina y países vecinos) los seminaristas son un 17% menos que hace diez años. Y como la población católica sigue en aumento, la tasa es hoy significativamente más baja (7,7 seminaristas por 100.000 bautizados) que en Europa (9,9).

Los datos sobre las vocaciones confirman la experiencia de que donde la natalidad es baja, el número de candidatos al sacerdocio es también escaso. Y donde las familias cristianas son más amplias, hay más posibilidades de que surjan vocaciones.

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