Una versión de este artículo se publicó en el servicio impreso 92/13
La relajación de la ley del hijo único en China, dada a conocer el pasado 15 de noviembre, no es una noticia bomba. Por una parte, estaba anunciada oficiosamente; por otra, tendrá consecuencias modestas a corto plazo. Probablemente resultarán más importantes otras reformas decididas en el último pleno del Comité Central: abolir los campos de “reeducación” (condenas a trabajos f ...
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.