Benedicto XVI visita su Baviera natal

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El Papa llegará a Múnich en la tarde del 9 de septiembre, la primera parada en su cuarto viaje apostólico fuera de Italia. Hay un claro componente personal en esta segunda visita de cinco días del Pontífice a su tierra natal, pero Benedicto XVI ha dejado también claro que su intención no es hacer muchos viajes, sino seleccionar cuidadosamente aquellos con un nítido contenido pastoral. «El motivo de la visita -dijo durante una entrevista el 5 de agosto con varios medios de comunicación alemanes- es precisamente que quería volver a ver los lugares, las personas con las que he crecido, que me han marcado y han formado parte de mi vida; personas a las que quería dar las gracias. Y, naturalmente, también expresar un mensaje que vaya mas allá de mi tierra».

El calendario litúrgico marcará esos mensajes. Pero uno sí ha adelantado el Papa: «El asunto fundamental es que debemos redescubrir a Dios, no a un Dios cualquiera, sino al Dios con el rostro humano, porque cuando vemos a Jesucristo vemos a Dios».

Alemania es un claro exponente de esa «ola de un nuevo iluminismo drástico» que, a decir de Benedicto XVI, se extiende hoy por Occidente, a contracorriente del resto del mundo. «Creer se ha vuelto más difícil, porque el mundo en el que nos encontramos está hecho completamente por nosotros mismos». Los mismos católicos, como alertó el Papa durante su etapa de cardenal, sucumben a veces a la tentación del «activismo» o de la simple concepción de la fe como un discurso ético. De hecho, si algo caracteriza hoy la situación del catolicismo en Alemania es el intento de algunos obispos de «desburocratizar» a la Iglesia y fortalecer su esencia sacramental y misionera, partiendo del ámbito cotidiano de cada católico.

Ocupa un lugar muy destacado dentro de esa tendencia el titular de una de las diócesis que visitará el Papa: Mons. Müller, obispo de Ratisbona, que no ha tenido reparos a la hora de hacer frente a ciertas tendencias laicistas que se han implantado en la Iglesia en Alemania en las últimas décadas. Entre ellas, pueden mencionarse organizaciones como «Somos Iglesia» o el Comité Central de los Católicos Alemanes, que han mantenido actitudes contestatarias frente a los obispos en asuntos tan sensibles como la protección de la vida no nacida, si bien su tema estrella es la reivindicación de «democratizar» las estructuras eclesiales. El modelo del que parten es el de las comunidades protestantes (ver Aceprensa 80/06). Los luteranos alemanes, sobrepasados hoy en número por primera vez en siglos por los católicos, se han caracterizado tradicionalmente por un discurso y unas prácticas que tratan de asimilarse a lo que el cardenal Ratzinger llamaba el «espíritu de los tiempos».

Con los científicos

Uno de los principales acontecimientos de la visita del Papa, que incide de lleno en el papel de Dios en la cosmovisión europea, será su encuentro con representantes de la ciencia el martes 12 de septiembre en la Universidad de Ratisbona. Durante su entrevista con la prensa alemana, Benedicto XVI apuntó que «el desequilibrio entre el crecimiento increíblemente rápido de nuestro poder técnico y el de nuestra capacidad moral, que no crece de forma proporcional», constituye «el verdadero problema de nuestra situación histórica».

Además, el Papa ha dedicado parte de sus vacaciones a debatir con sus antiguos alumnos y con científicos, filósofos y teólogos invitados sobre «Evolución y creación». El cardenal austriaco Christoph Schönborn, uno de los presentes, habló sobre este tema en el Meeting de Rímini, y reafirmó que la Iglesia no tiene nada en contra de la teoría de la evolución, aunque sí contra «la interpretación ideológica y materialista del darwinismo», que niega acientíficamente incluso la «hipótesis de Dios», reduce al ser humano a un producto del azar y contempla la vida, también la social, como una lucha permanente por la supervivencia. A partir de esta concepción materialista, quedan abiertas las puertas a todo tipo de atentados contra el hombre, convertido en un puñado de células. Según dijo el arzobispo de Viena, el interés principal de la Iglesia en este debate es «defender la dignidad absoluta del hombre desde su concepción hasta su muerte natural». Donde la ideología materialista dice «azar» y «conflicto», el cardenal Schönborn escribe «Logos» y «amor», y afirma que «el movimiento ascendente de la evolución» conecta con «el movimiento del espíritu creador que desciende de Dios».

¿Será sensible Alemania a la invitación del Papa de redescubrir la presencia de Dios? Benedicto XVI cree que sí: «En Alemania, surge la búsqueda de algo ‘más grande’ -dijo el 5 de agosto-. Vemos que en la juventud aparece la búsqueda de ese ‘más’; vemos cómo, en cierto modo, el fenómeno religión (como se dice) vuelve, aunque se trate de un movimiento de búsqueda a menudo indeterminado. Pero con todo esto la Iglesia está de nuevo presente, la fe se ofrece como respuesta. Creo que esta visita, como la de Colonia, será una oportunidad para mostrar que creer es algo bello, que el gozo de una gran comunidad universal posee una fuerza que arrastra, que tras ella hay algo importante y que por lo tanto, junto a los nuevos movimientos de búsqueda, existen también nuevas desembocaduras de la fe que nos llevan los unos hacia los otros y que son positivas también para la sociedad en su conjunto».

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