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Medidas para prevenir la transmisión del SIDA

publicado
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El Dr. Justo Aznar, del Departamento de Patología Clínica del Hospital La Fe, en Valencia, analiza la eficacia de las medidas para la prevención del Sida en un artículo publicado en Cuadernos de Bioética (Santiago de Compostela, nº 34, 2ª 1998). Sintetizamos algunos apartados, sin mencionar la bibliografía médica citada.

Para evitar o reducir la transmisión del Sida, sólo existen tres tipos de medidas: continencia sexual, relaciones sexuales con personas sanas, y utilización del preservativo.

Para analizar la eficacia del preservativo como medio para prevenir la transmisión del Sida, en el artículo se valora primero su eficacia en otras circunstancias en que también es utilizado.

El preservativo tiene un elevado número de fallos para la prevención de embarazos no deseados. Si se define el índice de fallos como el número de embarazos en parejas que utilizan este método durante un año, el índice oscila en torno al 10%, según los distintos estudios citados en el artículo. «Es, sin duda, uno de los métodos contraceptivos menos seguros». En cuanto método para evitar enfermedades de transmisión sexual distintas del Sida, un informe de la OMS indica que los usuarios del preservativo tienen dos tercios de posibilidades, en relación con los que no lo utilizan, de evitar la transmisión de gonorrea, tricomoniasis o infecciones por clamidias. Es, decir, que la protección sería aproximadamente del 66%.

Pero lo más objetivo es referirse a los estudios que analizan específicamente la eficacia del preservativo en la prevención del Sida. En un estudio publicado en 1993 se recogen datos procedentes de todos los artículos publicados antes de julio de 1990, en revistas de garantizada calidad científica, sobre la eficacia del preservativo para prevenir la transmisión del Sida por vía heterosexual. «Como dato más significativo, se constata que el preservativo reduce el riesgo de infección por el VIH aproximadamente un 69%. Es decir, esta sería la capacidad del preservativo para prevenir el contagio del Sida, en unas relaciones heterosexuales normales, en las que habitualmente se utilizara».

Sin duda, los estudios más directos son los que se han realizado en parejas en que uno de sus miembros es portador del virus del Sida y el otro no. De estos estudios los más interesantes son los realizados en parejas de hemofílicos. Se han publicado ocho estudios de este tipo, en los que se detecta que el porcentaje medio de contagio del miembro sano era del 14%, oscilando entre 4% y 19%.

Las causas por las que el preservativo puede fallar en la prevención del contagio del Sida son variadas (mala utilización, rotura, porosidad por mala calidad…) Si el preservativo fuera realmente eficaz, los casos de contagio habrían tenido que descender en aquellos países en los que se han promovido importantes campañas para la utilización del preservativo. Sin embargo, no parece que las cosas hayan ido por ese camino. Esto se explica porque con estas campañas se está introduciendo en la sociedad, y especialmente entre la juventud, una trivialización de las relaciones sexuales, como consecuencia inmediata del mensaje que afirma que utilizando el preservativo se puede tener sexo seguro. «Como consecuencia de ello se ha producido un incremento drástico de los contactos sexuales, por lo que, aunque porcentualmente la posibilidad de contagio sea menor, en cifras absolutas los contagios aumentan».

El Dr. Aznar considera que para que una campaña de prevención del Sida fuera eficaz, debería estar presidida por las siguientes directrices: a) tratar de promover soluciones que, siendo éticamente las más idóneas, fueran acordes con objetivos criterios médicos; b) dar a la población una información científica veraz, para que después pudiera actuar en consecuencia.

Debido a los fallos del preservativo para evitar la transmisión del Sida, «la única solución verdaderamente eficaz es la abstinencia de relaciones sexuales promiscuas, o tenerlas dentro de una pareja sana, en monogamia fiel». Sin duda, para que esta medida pudiera ser efectiva, dicha campaña debería ir precedida de otra, no menos importante, sobre el significado de la sexualidad. «Sin una adecuada educación sexual es imposible plantear ninguna medida de continencia que pueda ser aceptada como un valor positivo por la sociedad, especialmente por los más jóvenes».

«Para aquellas personas que deseen tener relaciones sexuales fuera del contexto de una pareja estable, en la que ambos miembros son sanos, es decir, cuando se quiere vivir en promiscuidad sexual, el único camino para reducir, pero no para prevenir con total seguridad, el contagio por el virus del Sida, es la utilización del preservativo». Ahora bien, al recomendar su utilización, habría que dejar bien establecido que el mismo no significa sexo seguro, con el fin de que esa falsa seguridad no promueva mayor número de contactos sexuales.

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